Mejor conocidos como los voladores de Papantla, te contamos a detalle sobre esta tradición, la cual es patrimonio inmaterial de la humanidad.
A pesar de que esta tradición no sólo se lleve a cabo en Papantla, Veracruz, se puede apreciar también en estados como Jalisco, Nayarit, Colima e incluso en la explanada del museo de Antropología en la Ciudad de México, en esta ciudad veracruzana es donde se conserva con mayor fuerza esta tradición, ya que recorrer sus calles es un constante recordatorio de la belleza de esta tradición.
De primer impacto la ciudad te impresiona con una escultura inmensa de un volador, la cual mide 18 metros. Al recorrer sus calles te llenarás de arte que brinda honor a sus voladores, entre murales y esculturas, la ciudad se llena de colores y aroma a vainilla, sin lugar a dudas el comienzo de un día lleno de tradiciones.
No se conoce con exactitud el origen de esta danza, sin embargo, se le atribuye al misticismo de las culturas mesoamericanas, las cuales le brindan alabanzas a la fertilidad, ya que este es fundamental para su vida, porque tanto en la actualidad como en la época prehispánica, muchas personas en este territorio viven de la agricultura.
La danza tiene lugar en la explanada de la iglesia de Papantla, donde está colocado un palo de 37 metros de altura, el más alto para realizar este rito. Las personas esperan la llegada de los bailarines, los cuales llegan vestidos con el traje típico totonaca, el cual consiste de un traje de manta, con camisa blanca y pantalones rojos, por encima se colocan decoraciones con plantas, aves y flecos, los cuales ayudan al sol. En la cabeza colocan un pañuelo y encima de este llevan un penacho con plumas de diferentes colores.
Empiezan a escalar el palo con una especie de escaleras que este tiene colocado, al llegar todos a la cima de este, se colocan su cuerda, la cual será su única protección en este ritual.
En total son 5 hombres, los 4 bailarines o hombres pájaros, estos representan los cuatro puntos cardenales y son los que bajarán volando de cabeza mientras van al ritmo de la música de un quinto hombre, el cual se conoce como el músico, quien toca un tambor y una flauta.
Los hombres se avientan desde lo más alto del poste y giran sobre el eje de este mismo, con los brazos bien abiertos y las piernas en una posición que ayude a mantener el equilibrio, para que la cuerda se mantenga recta. Son aproximadamente unos 10 minutos lo que tardan en llegar al piso.
El espectáculo es impresionante, el sol, la música y el ambiente, generan una adrenalina contagiada por los voladores a todos sus espectadores. Ver este rito en Papantla es una experiencia única, es un rito muy original, que impresiona a personas de cualquier parte del mundo.
Referencias:
Redacción. (2017). Tradiciones: Voladores de Papantla, dueños del cielo. 17 de mayo de 2020, de Excelsior Sitio web: https://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/01/24/1141909
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