Fue en enero de 1974 cuando ‘El compadre Mendoza’, de Fernando de Fuentes, se convirtió en la primera película exhibida en la Cineteca Nacional. Desde entonces, el icónico recinto cultural, que en ese momento se ubicaba entre Calzada de Tlalpan y Río Churubusco, ha dado lugar a diversas historias tan interesantes como las que a diario se proyectan en sus múltiples salas.
Quizá la más conocida es la del incendio del 82’, causado por razones hasta ahora desconocidas.
Curiosamente, el fuego brotó de la Sala Fernando de Fuentes, que en ese momento mostraba ‘La tierra de la gran promesa’, cinta polaca del director Andrzej Wajda. Además de las lamentables pérdidas humanas que dejó el incendio, numerosas piezas de material fílmico se redujeron a cenizas; negativos, guiones, fotografías y libros de enorme valor histórico se esfumaron para siempre aquél trágico mes de marzo. Aquello obligó a que la Cineteca se mudara un par de años más tarde al barrio de Xoco, en un proyecto de reubicación encabezado por el gran Mario Moreno “Cantinflas”.
La última gran transformación de la Cineteca ocurrió en 2012, cuando el arquitecto Michel Rojkind fue elegido como el encargado de otorgarle una identidad más geométrica y futurista al lugar, que ahora cuenta con un acervo fílmico de más de 17 mil 500 copias en positivos y negativos de 35 y 16 mm además de los títulos de la Videoteca Digital Carlos Monsiváis, y que ha albergado muestras de enorme reconocimiento mundial como la de Stanley Kubrick en 2016 o la anual Muestra Internacional de Cine.
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