Era un viernes 16 de septiembre de 1917, cuando se decidió realizar una gran celebración en honor a la Independencia con un banquete delicioso en casa de un gran amigo de Artemio de Valle Arizpe, un reconocido escritor mexicano. Alrededor de las 7 p.m. comenzaron a llegar todos los invitados y la casa cada vez se veía más repleta de gente. En realidad, las personas que asistían a la celebración eran más conocidos que amigos, pero para Germán, el amigo de Artemio, era muy importante tener contactos y ser reconocido en la alta sociedad, más allá de formar amistades.
La velada apenas comenzaba y se sentía como una noche agradable. Una vez teniendo a todos los invitados, las personas que trabajaban para Germán comenzaron a sacar todos los platillos, que en su mayoría eran representativos de México, entre ellos, los chiles en nogada. La gente comenzó a hacer comentarios sobre lo espectacular que lucía toda la comida y a degustarla. De pronto, la señora María Elena comentó lo delicioso que estaba el chile en nogada que estaba comiendo y se le ocurrió hacer una pregunta.
- ¿De dónde viene este platillo? Dijo María al aire, esperando recibir alguna respuesta.
- Es una historia sumamente interesante, mi tía abuela, junto con otras monjas, lo inventaron, contestó una mujer llamada Rosa.
- ¿De verdad? ¿y cómo se le ocurrió? preguntó Ma. Elena.
- Sí. Mi mamá me contó que una vez, Agustín de Iturbide iba a celebrar su santo en el Convento de Santa Mónica en Puebla, y mi tía y las madres agustinas le prepararon este platillo agregándole los colores de la bandera del ejército trigarante, es decir, verde, blanco y rojo. Comentó Rosa.
Mientras esta conversación sucedía, los demás invitados también escuchaban la historia que Rosa contaba, entre ellos, Artemio comenzó a mostrar una gran molestia con expresiones faciales; parecía que quería comentar algo al respecto, pero se contenía. Rosa siguió hablando y el escritor cada vez se veía más disgustado. De pronto, su amigo Germán notó la molestia de su amigo e intentó averiguar qué sucedía. Artemio se paró de la mesa y comenzó a debatir con Rosa:
-Perdón, pero la historia que estás contando es totalmente falsa. Le dijo Artemio a Rosa.
- ¿Disculpa? Preguntó Rosa confundida e indignada.
-Sí, la historia de los chiles en nogada no es esa. Comentó molesto.
-Entonces, ¿Cuál es? Preguntó Germán.
-Los chiles en nogada en realidad fueron creados por las novias de tres soldados que pertenecían al ejército trigarante en el régimen de Agustín de Iturbide. Y, de hecho, ellas mismas decidieron rezarle a la Virgen para que las iluminara con los ingredientes que debía llevar la receta para que tuviera los colores de la bandera. Afirmó Artemio con una gran convicción.
-Que historia tan absurda, ¿de dónde sacaste eso? Preguntó Rosa en un tono burlón. -Absurdo es todo lo que has dicho tú. Sé que mi historia es la real puesto que mi tío era amigo de uno de los soldados y él mismo me ha contado la historia, comentó Artemio.
Los demás invitados se veían bastante incómodos por la discusión que estaban presenciando. Comenzaron a hacer comentarios sobre lo confundidos que estaban. No sabían a quién creerle o cuál historia era la verdadera. Germán notó el disgusto de todos sus invitados y como era de esperarse, no pudo soportar lo que iban a comentar de la velada que había sido en su casa o lo que iban a pensar de él. Era la alta sociedad y no podía permitir que, por una discusión externa, su imagen o la de su familia pudiera verse afectada. Comenzó a ponerse muy nervioso y decidió parar la discusión de su amigo con Rosa. -¡Artemio, basta! Le dijo Germán muy serio.
- ¿Por qué me lo dices a mí y no a ella? Te recuerdo que yo no soy ningún mentiroso y todo lo que sale de mi boca es verídico. Le respondió Artemio a Germán muy indignado.
- Ah, entonces ahora me llamas mentirosa. Yo no tengo porqué venir a decir algo incierto y claramente mi historia es mucho más creíble que lo que tu dices. Le contestó Rosa a Artemio muy enojada.
Artemio intentó volver a debatir con Rosa, pero Germán intervino y no los dejó continuar con su discusión.
- Ambos, ¿Podrían parar de discutir en la mesa? Estamos tratando de disfrutar los asombrosos platillos, para celebrar la independencia de nuestro país. ¿Qué más da cuál sea la verdadera historia de los chiles en nogada? Comentó Germán en tono muy alto.
Todos los invitados, incluidos Rosa y Artemio, se quedaron sorprendidos y guardaron silencio para seguir escuchando a Germán.
- No estoy diciendo que el origen del platillo sea insignificante, pero creo que lo que verdaderamente importa aquí, es la preservación que ha tenido la receta desde años atrás, cuando fue creado en Puebla y lo representativo que es para México. No solo porque forma parte de nuestro patrimonio cultural y de los platillos más típicos en nuestra gastronomía, sino también porque representa un símbolo nacional al tener los colores de la bandera. Los chiles en nogada son un platillo sumamente distinguido por su espectacular sabor y qué mejor que lo podamos consumir en fiestas patrias para conmemorar la historia de México. Los invitó a disfrutarlos y a celebrar con alegría el motivo de esta reunión: la independencia de nuestro país.
Al escuchar las palabras del anfitrión, todos los invitados se sintieron conmovidos y coincidieron en un sentimiento de fraternidad que los hizo sentir en unión para celebrar.
- ¡Viva México! Gritó Artemio.
- ¡Viva! Respondieron con entusiasmo todos los invitados.
Referencias:
(Anónimo) (2010) Chiles en nogada: conoce la historia de esta delicia. México desconocido. Recuperado el 1 de Abril del 2020 de:
https://www.mexicodesconocido.com.mx/bicentenario-de-la-independencia-chiles-en nogada.html
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